Ahora que ha llegado el frío buscamos maneras de reducir la factura energética sin la necesidad de sufrir los estragos de las bajas temperaturas. Hacemos un repaso a esas falsas creencias populares y ofrecemos consejos para ahorrar energía en tu hogar este invierno.
Esta creencia es falsa. Dejar la calefacción encendida, aunque sea a una temperatura muy baja, consume más que si la encendemos al llegar a casa.
Si bien volver a encender la calefacción supone un pico de gasto, a la larga, el ahorro se nota. Además, es recomendable regular el termostato a 20º, puesto que aumentarlo un solo grado supone un 7% más de gasto de energía.
Son 30 litros de agua diarios se ahorran, de promedio, con el lavavajillas, según un informe del Canal de Isabel II y BSH Electrodomésticos España. Asimismo, consumen un 10% menos de energía. Además, los platos quedan más limpios.
Según un estudio de la Universidad de Bonn, la cantidad de agua que consume un lavavajillas clase “A” es de unos 15 litros por lavado, frente a los 119 litros del lavado a mano para la misma cantidad de vajilla.
Otro falso mito. No es necesario tener una temperatura constante en todas las habitaciones, debemos adaptar la calefacción a nuestras costumbres y apagar los radiadores de las estancias de nuestro domicilio que no utilicemos.
Debemos hacer un ajuste de la climatización según nuestras necesidades y el uso de válvulas termostáticas en los radiadores puede lograr un ahorro de entre un 5 y 10% de energía.
El standby representa cerca del 5% del consumo de los hogares.
Dejar los aparatos eléctricos apagados en modo espera supone un gasto de 231 kWh al año, prácticamente lo mismo que el consumo medio anual del lavavajillas (246 kWh) y mucho más que el del ordenador (172 kWh), según datos del último estudio de IDEA en colaboración con Eurostat.
La pantalla es lo que más energía consume de un ordenador, hasta un 70%. Por ello es recomendable el uso de pantallas planas y configurar un brillo bajo.
Como recomendación, recordemos que existe en los equipos ofimáticos la opción de configurarlo en modo ahorro de energía, con el consiguiente ahorro que puede suponer para nuestro bolsillo.
Los programas de baja temperatura son los más eficientes, ya que consumen menos al reducir la energía utilizada en el calentamiento del agua. Un consejo es utilizar los programas de media carga que presentan algunas lavadoras. También existen las bitérmicas, que reducen el tiempo de calentamiento del agua.
Este aparato eléctrico consume mucha energía ya que alcanza altas temperaturas en un periodo muy breve de tiempo y no es necesario precalentar el horno para cocciones superiores a una hora.
Otro error es abrir el horno durante la cocción de los alimentos. Cada vez que se hace se pierde un mínimo del 20% de la energía acumulada.
Entre el 25 y el 30% de la energía en calefacción gastada en los hogares sirve para cubrir esas pérdidas de calor por las rendijas de las ventanas. Según un informe de la Universidad de Zaragoza, los sistemas de doble cristal o de doble ventana pueden reducir hasta en un 50% la pérdida de calor con respecto a los cristales sencillos.
Las vitrocerámicas gastan cuatro veces más que las cocinas de gas. IDAE recomienda, en caso de disponer de una cocina eléctrica, utilizar baterías de cocina, sartenes y cazos con fondo grueso difusor. Así, se logra una temperatura más homogénea en todo el recipiente.
Mentira, pues se usa la misma cantidad de energía tanto para hervir una olla con agua totalmente fría como una olla con agua caliente del grifo. El mejor consejo es hervir el agua en una olla tapada, para gastar menos energía y que se caliente más rápido.
El ahorro de energía tiene muchos mitos que en verdad te hacen gastar de más. Pero ahora, ya sabes lo que debes hacer para tener un hogar eficiente, sin excesos en cuanto al gasto de energía.
Fuente: http://www.vix.com/